domingo, 18 de octubre de 2009

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"La revolución es el sacudimiento brusco de la tendencia humana hacia el mejoramiento". Praxedis G. Guerrero.

martes, 6 de octubre de 2009

incertidumbre y seguridad

Quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, equivale a mantenerse con vida pero no vivir. Anónimo


Habitualmente me impresionan muchas de las citas que aparecen en la lateral izquierda de mi página personal de Google. Pero la anterior frase me ha impresionado e incitado a reflexionar sobre lo que me muestra.


Hoy por la tarde, acompañados de sendos cafecitos, platicaba con mi esposa sobre ese miedo (muy de moda por la reforma educativa) de algunos docentes a enfrentarse a la novedad, llámese esta aplicación de nuevas dinámicas de aprendizaje o nuevo modelo pedagógico.


Lo desconocido la mayoría de las veces causa incertidumbre, eso es natural. El problema es que cuando esa incertidumbre se ve generalizada o potenciada en grado sumo, y se vuelve cosa de todos los días, las cosas se complican.

Cuando un individuo, por tal o cual circunstancia histórica, económica o social, se refiere a su tiempo como una época donde no existe nada seguro porque los medios están confundidos con los fines o porque el sentido de las prácticas económicas, sociales y educativas, discursos políticos, pedagógicos o religiosos se transforman en un sinsentido al no ser significativos ni para sociedad ni para los sujetos que la componen; lo más seguro es que dicho individuo , por el afán de salir de dicha incertidumbre, busque escapar de lo desconocido sacrificando la creatividad y la innovación en nombre de cierta seguridad.

No pretendemos ser determinantes en este comentario, más bien lo que pretendemos (esperando claro, no quedarnos en la pretensión) es señalar la tensión actual que experimentan, no sólo los profesionales de la educación, sino la mayoría de los individuos, frente a los acontecimientos que nos ha tocado vivir.

¿Acaso lo más conveniente en esta época, llena de cambios y conflictos, es mantenerse con vida, conformándose con la seguridad o sacrificar la seguridad en pro de nuestro propio desarrollo y perfeccionamiento como sociedad?

Indaguemos.

martes, 14 de julio de 2009

¿Qué es la soberbia?


"La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano". San Agustín de Hipona.



Parece ser que, en la actualidad, la práctica de actos soberbios va ganando bastante terreno. Muchos de nuestros personajes públicos la utilizan como arma efectiva para ganar importancia y notoriedad, intelectuales y artistas se protegen detrás de ella utilizándola como una más de sus herramientas de trabajo; pero aparentar ser superior, la mayoría de las veces indica cierto miedo o inseguridad ante lo que uno es.

Son muchas las mentes que han escrito o hablado sobre la soberbia en distintas épocas y lugares, desde la antigua Grecia hasta la época contemporánea, todas se dieron a la tarea de reflexionar sobre ella para tratar de definirla y caracterizarla. En esta ocasión señalaremos las ideas de solamente dos de las más representativas: Un filósofo medieval y otro de la época contemporánea.

El primero es Sto. Tomás de Aquino, escritor de la suma teológica donde, entre otras cosas, se dedica a estudiar tanto virtudes cardinales como pecados capitales, en dicha obra señala que la soberbia es: “Un apetito desordenado de la propia excelencia” algo así como la tendencia enfermiza de creerse superior a todos y aparte empeñarse en demostrarlo.
Para el hombre medieval la soberbia era considerada como el pecado capital más peligroso y dañino a tal grado que, según la teología, era este pecado el que orilló tanto al Luzbel como a Adan y Eva a traicionar a su creador llevados por ese anhelo enfermizo de sentirse superiores.
El siguiente filósofo al que nos referiremos es Fernando Savater quién, en su libro los siete pecados capitales, señala que “Ser soberbio es básicamente el deseo de ponerse por encima de los demás”. Añade además que la soberbia “No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el no reconocer a los semejantes”
Ante estas definiciones nosotros podríamos decir que la soberbia es una actitud enfermiza que nos lleva a menospreciar al otro en un empeño por demostrar nuestra aparente excelencia o superioridad cegándonos frente a la condición, la opinión o la circunstancia de ese otro.
De esto se desprende que el soberbio es aquel que simula ser superior sin serlo. Entonces podemos preguntarnos:

¿Qué hay de aquel que menosprecia a los otros al considerarse superior sabiendo que lo es?

¿La soberbia es reprobable sólo por el hecho de menospreciar a otros?

Podemos decir mucho y formular muchas preguntas acerca de la soberbia, de su realidad y su práctica, de los actos que la caracterizan y la definen. Sin embargo esta vez sólo nos limitaremos a poner una última cuestión:

¿La soberbia es justificable, incluso necesaria, en un mundo que idolatra y admira a los soberbios llegando a considerar cualquier acto de humildad como sinónimo de debilidad?

Indaguemos